desde algún momento de abril o incluso marzo, al 17 de junio (2022)
The Doors es una colección de estampas de tiempo, un retrato de moradores a través de sus vestigios, una colección de puertas siempre cerradas porque les pretendemos una función vital de mantenernos a salvo del afuera -a nosotros y a nuestros objetos- como si eso fuese posible.
En un tiempo en que los portales a otra realidad inflan nuestra imaginación, fijarse en ese plano que separa nuestro yo íntimo y el que vertemos hacia los demás puede parecer anodino, sin embargo el impulso que me lleva a hacerlo desde al menos los dos últimos años, tiene un motor desgarrador, el de coleccionar estampas de una arqueología del futuro y de nuestra ausencia en él. Es un proyecto sombrío pero también es una celebración de nuestra extraña sensibilidad, la que nos hace adorar la materia, el color, la textura, el contraste, las combinaciones de todo ello y su aleatoria, el detalle… hay una profunda admiración por la materia de las puertas, las maderas y todas sus descomposiciones; la pintura, sus degradados y sus degradaciones; el metal, su brillo y sus oxidaciones.
The Doors es un proyecto no exento de sentido del humor. De alguna manera es una continuación, o quizá mejor, un cierre, de la serie Windoops! en la que intentaba el retrato de los habitantes a través de sus ventanas. En comparación, el carácter de las puertas me ha parecido mucho más taciturno y menos elocuente que el de las ventanas.
The Doors no ha tenido inauguración porque era más lógico que solo tuviera clausura, y la fecha de la clausura no se definió hasta que el proyecto expositivo ha quedado totalmente perfilado, tras meses de fluctuaciones y diferentes acercamientos. La idea clara desde el comienzo es que las puertas han de provocar un instante de realidad en el que la foto es puerta, y uno tan corto e inmediato de lo contrario, porque esa es la forma en que funcionan ciertas sensaciones, las premoniciones, los déjà vu… Hablaba con un artista amigo que estas puertas tienen algo de totem religioso, como si fuesen un objeto de veneración o de meditación. Colocadas así, para la exposición, le confieren a la sala un empaque de templo, y con ello, y eso ya es broma, a La Cámara le surge una nueva acepción: tras La Cámara fotográfica, La Cámara oscura, La Camara- habitación, lugar de encuentro y exhibición, viene por fin la Camara mortuoria….
Piezas impresas en algodón con tintas pigmentadas y montadas en dibond con o sin bastidor y lyxprint blanco o negro de 10 o 19mm
Serie principal 1 de 8 +2pa diferentes precios dependiendo del formato. (150cm de altura y entre 40 y 150 cm de anchura).
Serie especial 1 de 1 +1pa diferentes precios dependiendo del formato. (hasta 150cm de anchura).
Para ver la serie completa y adquirir alguna pieza, puedes hacerlo aquí.
